Últimamente me puede la ira, la rabia, las ansias, la angustia, la cólera, el nerviosismo, el odio, la desgana, el cansancio, las disputas, los encontronazos, las discusiones, los giros de opinión, el descontento... y de vez en cuando exploto, precisamente con la menor tontería.
Quizá será que las cosas nunca salen como quiero, y se quedan sólo en aceptables. Me pregunto si los sueños que se convierten en aceptables no son acaso más un fracaso que un triunfo. Quizá es que se me acaba el tiempo y tengo tantas cosas por hacer, que no me importa lo que me lleve por delante. Qué poco queda... y cuantas emociones en el aire...
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