martes, 8 de diciembre de 2009

Contracrónica: Me quedo... contigo

Para quien no lo sepa, soy bipolar. Así que ahí va la contracrónica. Me resigno a pensar en lo que se me va, en lo que dejo, en lo que olvido. Pero esta vez no ha sido una visita, sino una acogida, y con ella de la mano un reencuentro con lo bueno.

Me quedo con tu pasión por el Youtube.
Me quedo con tu "quée??" emocionado.
Me quedo con tu cara de concentración cuando cantas y cuando tus dedos se desplazan por las teclas del piano.
Me quedo con tu Prositivismo, esa teoría magnífica que me recuerda que el mundo no gira en vano y que es mucho mejor disfrutar de una conversación que hacer fotos del paisaje.
Me quedo con las canciones de Berto mientras nos arreglamos para salir.
Me quedo con que todo te parezca bien y te sea tan difícil verle el lado negativo a las cosas.
Me quedo con esa devoción que vas provocando allá donde pisas.
Me quedo con la sencillez de tus maneras, con tus silencios modestos y tu voz modulada hacia el oriente granaíno, con ese soniquete que adopto en los finales sólo minutos después de volver a verte.
Me quedo con esas 'conversaciones del amanecer' que están empezando a ser costumbre.
Me quedo con tu chándal como prenda habitual.
Me quedo con el ambiente tan cálido que creas cuando estás presente, esa sensación general que nos hace ser más piña simplemente porque tú estás aquí.
Me quedo con nuestra rutina de ventanita de chat del tuenti, con que no te creas cuando me enfado, porque realmente no me enfado.
Me quedo con las lágrimas que pudieron ser y no fueron.
Me quedo con las frases que me dices y que me descolocan, porque demuestran que tu cabeza es más rápida y tu corazón más abierto que el mío.
Me quedo con el tintineo de unas llaves que cambian de bolsillo cuando cae la madrugada de vuelta a casa.
Me quedo no sólo con lo que eres, sino también con lo que puedes llegar a ser.
Me quedo con tu despedida rápida, porque no me da tiempo a pensar lo que supone, y permite que me llames Miguelito Norris.
Me quedo con esta acogida, porque vaya si ha llovido desde la Pascua y quién nos lo iba a decir...
Me quedo con tus 'oles' y tus argumentos que me hacen crecer.
Me quedo con todo lo que llevo aprendido de ti y lo que me queda.
Me quedo con estos días y miro el calendario a ver cuando los sevillanitos nos podemos escapar.

En definitiva, Maravilla, me quedo con una sonrisa, porque me quedo contigo.


*Y ahora quien lea las 2 crónicas que van de la pena a la alegría, entenderá un poco mejor la locura que alberga mi cabeza.