domingo, 9 de octubre de 2011

Recuerdos en las estanterías

Limpiar el polvo es lo que tiene. Te pones a quitar libros, a tirar papeles, a reordenar teléfonos y a quitar fotos de las estanterías y te pones nostálgico. Entre foto y foto (que tengo muchas), voy limpiando en silencio cada una de las imágenes y devolviéndolas a su lugar, y mientras las mantengo en la mano se me vienen a la cabeza aquellas personas que quise traerme cuando venía camino de Madrid. Este es el álbum de recuerdos, mi bastión para soportar más de un año y nueve meses de exilio.

Feria. Bien está en sepia esta foto. Colocada en la entrada, sobre el mueble en el que dejo las llaves, está esta imagen. Es lo último que veo antes de salir de casa y lo primero que me encuentro al entrar. Es la última gran feria en la que estuvimos todos juntos. Desde entonces, cada uno ha ido tirando por un camino distinto y las reuniones de este tipo han quedado para las cenas de Navidad como algo excepcional. Por eso el sepia está bien: es un recuerdo, una batallita que contar, lo que no quita que desee con todas mis fuerzas que se repita este momento. Sí que los echo de menos, aunque ellos no lo sepan.

Periodistas. Ingenuos nosotros... estudiamos Periodismo por vocación pensando que no había nada más hermoso que trabajar en lo que te gusta y vivimos felices sin pensar en lo que vendría después. Periodistas porque así lo dice nuestro título y porque así lo sentimos de corazón, esta foto preside la segunda balda de la estantería. Es el recuerdo de un verano soleado, de una casa llena de vida, de un grifo de cerveza que no daba más de sí y de muchas, muchas risas. Compartísteis conmigo algo irrepetible, y por eso ver vuestra foto, es apostar siempre por la luz cuando el día a día solo me arroja tinieblas.

Espino. En lo alto de la estantería, junto a mis enormes catálogos de fotografía y las tazas de café, está esta foto que es una de mis favoritas. La foto no tiene nada: tres haciendo el gamba con un sombrero de paja. No tendría por qué tener más, si las dos personas que me acompañan no fueran quien son. Empezamos de manera tormentosa, discutiendo en un grupo y sin confiar en los otros, y hemos terminado montando enormes proyectos y yéndonos de viaje juntos. Sois mis hermanos medianos porque os lo habéis ganado, y por eso me encanta pensar en todo lo que hemos recorrido y lo que hemos logrado.

Caminos. Esta foto me da que pensar. Es la señal de las vueltas que da la vida, a veces para bien (Isa y Andriu con mis omnipresentes: da igual que no los veas en un mes, porque siempre están presentes) y a veces para mal. Es una pena que algunas cosas hayan acabado tan mal, y de hecho me siento idiota por no haber heho nada por arreglarlo en casi dos años. Es hora de volver, al menos de intentarlo, y volver a rememorar batallitas. Aquellas con las que tantos nos reíamos y de las que no me arrepiento.

Música. Son la música en mí. Juntos somos más, mucho más, somos un proyecto común y una mirada de esperanza al futuro. Somos una cerveza entre risas en el bar de siempre y una quedada irrevocable los domingos por la tarde. Somos Sevilla28 y no tenemos límites para ser ambiciosos. Es bonito que, a pesar de las tempestades, siempre volvamos a la calma sin dudarlo. Estais sobre la mesa del comedor, junto al ordenador -de vez en cuando, pongo nuestras canciones para creer que os oigo muy cerca-, frente a mí siempre. No puedo dejar de teneros presentes.

Sueños. Isabelita, te tengo colocada en una estantería estrecha y alargada, en la que guardo mis discos de música clásica y de jazz, para asegurarme que acudo a tí a menudo. Quizá no es esta nuestra mejor foto, ni merece ser enmarcda, pero lo que es seguro es que en esta foto solo somos nosotros. Tú y yo con esa ilusión que a veces ya no sabemos dónde la hemos dejado, con la poca vergüenza de disfrazarnos de cualquier cosa simplemente porque sí. Es una foto en la que decimos que aún tenemos muchos sueños que cumplir y muchos cafés que tomar, porque un encuentro es siempre un motivo para sonreír. Hubo un tiempo en que fuimos compañeros de batalla: es hora de que volvamos a serlo.



Esta es una muestra de mi álbum de fotos, de los recuerdos que me traje a Madrid para agarrarme a ellos como a un clavo ardiendo cuando haga falta. En cada foto, un recuerdo; en cada estantería, un momento. Quién sabe qué fotos serán las siguientes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Después de muucho tiempo sin pasarme por la mesa, hoy he vuelto, y zas!me encuentro con una foto, esa foto, de ese verano!
Miguelito tengo algunas novedades...tu tierra, tus amigos, tu familia (papá y mamá) te extrañan...
Besos mil

Glo