A mí también me gusta. Lo mío, que no lo tuyo, que no tiene nada que ver con lo mío gracias a Dios, porque yo de sólo pensar en ver lo que somos por dentro, me da algo. Te llevas 5 años de tu vida cuestionándote si lo que has elegido es realmente lo que quieres y cuando te das cuenta, has terminado la carrera y estás con la beca gris perla puesta subiendo al escenario de la Facultad de Comunicación (como Isabelita hace nada).
Te crees que cualquier día vas a desistir y, de repente, te encuentras con el título en la mano y la cabeza llena de ideas, pero todas relacionadas con el Periodismo. Se han acabado las dudas de un plumazo, y te preguntas si realmente alguna vez las tuviste. No hay duda de que me gusta.
Me gusta porque me hierven las venas con la hora de cierre, porque me explota el corazón si veo que no llegamos al estudio cuando suenan los cinco pitidos de las señales horarias en la radio... y eso, a cualquiera que se lo cuentes, no lo entiende. Porque "emboliar" se está transformando en nuestro verbo más utilizado, porque realmente la tensión es máxima cada día, porque aquí todo parece real aunque no lo sea, y dentro de un mes sí que lo será, y nos veremos en la redacción del periódico más importante de España con los espadas más prestigiosos sentados en la mesa de al lado controlando que estamos a la altura.
Me gusta porque a cada texto sé que puedo darle una vuelta más para hacerlo mejor, porque disfruté demasiado en Diario de Sevilla y en Canal Sur Radio, y en cada línea me acuerdo de lo vivido allí, porque para cad reportaje me exijo un poco más y al final siempre acaba saliendo, porque estoy deseando publicar lo que he escrito y correr a enseñárselo a aquellos que me leen por aquí. Me gusta la alegría que viene después del estrés, aunque haya perseguido a la Reina durante 2 horas y esté agotado de pelearme con sus escoltas por la Feria del Libro, no bajar a comer por temor a que pase algo y no me entere, leer el Herald Tribune en el metro mientras la gente me mira con cara de respeto, la media sonrisa del jefe que te grita un día cualquiera porque sabes que por unos minutos has ganado la batalla. Me gusta aguantarme las lágrimas cuando hablo con las víctimas, porque demuestra que todo esto que hacemos merece la pena, y que realmente damos voz a los sin voz. Me gusta que no nos exijan escribir como en el periódico, sino muchísimo mejor, porque aspirando a la excelencia, sacaremos lo mejor de nosotros.
Me gusta saber que gente como nosotros puede hacer algo en el presente, no en el futuro, por educar a esta opinión pública tan maltratada por años y años de prensa hecha sin responsabilidad. Me gusta pensar en que ahora sí que podemos cambiar el mundo, aunque de ello me desengañé en primero de carrera.
Me gusta saber que se puede volver a soñar y compartir tus sueños a través de un micrófono, una página de periódico o una buena fotografía. El buen periodismo no está muerto, somos nosotros los que estamos dejando que se muera.
3 comentarios:
No sé cómo lo haces pero casi siempre consigues sacarme esa parte sensible..me alegro de que sientas eso, porque yo tengo una crisis con esta profesión que me corroe. Siento que lo que hago no es periodismo, aunque lleve ese nombre, y lo siento porque realmente no lo es, pero ahora es lo que me toca...
Me encantas y me alegro tanto tantísimo de que estés así que en parte me demuestras que "Otro mundo es posible"
ole ole y ole!!=) este sí, me gusta me suena!!cada profesion con sus cosas, pero me suena!a mi tb me musta, me gsta muxo lo q escribes!!=)
"aspirando a la excelencia, sacaremos lo mejor de nosotros"
Me quedo con esa frase, que aunque la he escuchado mil veces, viniendo de ti me gusta más. La guardo y trataré de ponerla en práctica.
Mi beca fue burdeos, como el vino, un día te contaré la historia del porqué nos quedamos sin la mítica banda gris perla (o gris acera de la calle, como lo quieras llamar). Es una historia de miedo, con el señor del peluquín de la fcom gritándole a un móvil en el hall del salón de actos. No te la querrás perder.
Y antes de despedirme, un abrazo y una confesión: ¡ Cuantísimo te envidio, Miguela! ^^
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