domingo, 31 de agosto de 2008

Éxodo

Nueva Orleans. 31 de agosto de 2008.

Cuando la ciudad más rocambolesca de Estados Unidos empezaba a recuperarse de la tremenda tragedia que arrojó a los camposantos más de 1.500 cadáveres hace ahora tres años, llega Gustav, una tormenta tropical que ya ha pasado por Cuba y que promete ser devastadora.

Tras su paso por el Caribe, el huracán, que ya arrastra 350 kilómetros por hora, está ahora sobre el Golfo de México, donde podría fortalecerse debido a las aguas cálidas que lo pueblan. Los expertos dicen que ahora el fenómeno posee la categoría 5, y que probablemente tras su paso por el Golfo, Gustav se recrudezca hasta límites nunca vistos en Louisiana. El alcalde de Nueva Orleans, Ray Nagin, ha ordenado en una rueda de prensa la absoluta evacuación de la ciudad, advirtiendo que "no habrá servicios de emergencia para los que se queden", y que lo mejor es que todos los ciudadanos marchen a zonas más seguras antes que quedarse a luchar contra la que ya ha sido calificada como "la Madre de todas las tormentas".

Lo dramático de la situación ya no es sólo que la traumática experiencia vuelva a repetirse, sino el hecho de que los nuevos diques, aquellos que reventaron con el paso del Katrina, no están terminados aún, por lo que la ciudad podría volver a anegarse con Gustav.

Hoy, hileras de coches recorrían las principales vías de salida de Nueva Orleans en dirección a zonas del norte donde el huracán sólo roce los tejados de las casas. Al mismo tiempo, Minnesota mira al horizonte, ya que mañana se celebra allí la Convención Republicana en la que el presidente Bush arropará al candidato McCaine, el enemigo de Obama. Los temores, basados en los posibles daños que pueda provocar Gustav, podrían hacer que la convención se suspendiera.

Mientras tanto, Nueva Orleans protagoniza de nuevo una escena tremenda: el terrible éxodo del ser humano que ve como la muerte le pisa los talones...otra vez.

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