Llevo semanas quejándome de lo triste que es agosto, de que me llevo horas pegando y recortando teletipos. Llevo semanas indignándome por la falta de actualidad, y realmente no sabía lo que exigía.
Ayer el mediodía se tornó oscuro. Volvía a la redacción para ponerme de nuevo delante de mi ordenador a recortar un reportaje sobre un espectáculo de la Bienal, cuando escuché gritos desde el pasillo. Me asomé a la redacción y todos delante del ordenador rebuscaban en las páginas digitales de los diarios nacionales y en las radios, en la base de las agencias y en el televisor de Deportes, que desde hace días sólo tiene Juegos Olímpicos.
Angustia general para algo que en esos momentos sólo había producido 20 víctimas.
Me senté corriendo en mi mesa, abrí la página de El Mundo, la que más rápido actualiza la información. El titular de mi pantalla rezaba ya por un centenar de muertos. Una voz desde las mesas de Local decía "no cita la fuente, no es fiable, hay que ser cautos". Benditas fuentes del periodismo, que en este caso sólo nos dieron unos minutos más de esperanza. La tensión era terrible.
Subí a tomar café. Detrás mía vino la mayoría de la Segunda Planta, que sufrían lo mismo que yo. Esa maldita sensación de querer saber, de necesitar saber del periodista que me hace acarrear tanto estrés de vez en cuando. La sala de café se llenó, nadie podía evitar hablar del accidente, del vuelo de Spanair que se había estrellado contra el suelo en Barajas, aquel avión que según decía EFE se había partido en tres pedazos y había salido ardiendo al momento. Desde la ventana de la sala los de Nacional e Internacional se apiñaban ante el único televisor de la planta: el Gobierno confirmaba la muerte de 146.
Se me hizo un nudo en el estómago. El silencio se apoderó de la redacción y quise gritar. No soporto estas cosas...Volvía a mi ordenador y vi como lo que sólo era humo ahora era una pila de cadáveres. "El avión era un infierno de cadáveres carbonizados", decía El Mundo en su edición digital, en base a las palabras de un bombero. Creo que nunca me había hecho tanto daño una frase.
El avión con destino a Gran Canaria, ese vuelo JKK 5022 me dejó helado, enfermo. Intentaba seguir con mis banalidades teatrales mientras el avión aún ardía. El Gobierno aplicó el Protocolo del 11M. Era oficialmente una catástrofe. El ABC anunciaba esta mañana "Tragedia en Barajas", y una foto terrible de la cola del avión, clavada en el suelo como un puñal, completamente negra. Negro muerte sobre una chapa blanca que ya no se veía de aquel vuelo JKK 5022. El mayor accidente aéreo en nuestro país desde 1983.
He revisado las listas de pasajeros una y otra vez, apellido a apellido. Sólo pensaba, quizá de manera egocéntrica, que alguien, uno de mis amigos siempre viajero, pudiera estar en ese avión. No conocía a nadie. Pero no me he sentido mejor.
Hoy intentaba no pensar en ello. Comiendo han puesto en Antena 3 una foto publicada en el Qué! del pabellón morgue, el pabellón nº6 de IFEMA. Bolsas y bolsas de cadáveres, dolorosamente negros de las llamas, alineados escrupulosamente como pequeñas tumbas aún frescas.
Hoy la gente no quería montarse en los aviones. Spanair se hace la longui a pesar de todo lo ocurrido y no cree que haya negligencia. Sabe Dios. Han muerto 154 personas en un suspiro, de todas las edades, familias enteras. Triste es el azar para algunos.
Hoy he tenido que cambiar de canal cuando he visto más muerte. No es momento para machacarnos. El luto, como los sentimientos tristes, siempre va por dentro.
Llevo semanas quejándome de que agosto es triste, que no pasa nada de lo que escribir. Ahora sí que lo es. Venga el resto del año tranquilo, si es algo así lo que rompe la quietud del verano. Esta actualidad me duele demasiado...
2 comentarios:
Acabo de conocer este blog y la verdad es que coincidimos en varias cosas: resido en Sevilla, soy periodista (aunque me encargo de servir noticias a los que trabajais en redacciones, porque trabajo en un gabinete de comunicación)y también estuve en Londres la semana pasada... POr eso, si no te importa, te linkeo en mi Café de Redacción. Un blog bastante aburrido, pero al que te invito para cuando quieras. Un saludo y gracias!
Encantado con la invitación. Ya estás en Favoritos! Y gracias por leer mis cosas, que aunque a veces soy consciente de que no le importan a nadie, quién sabe quien te lee desde el otro lado de la pantalla. Un saludo!!
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