La verdad es que nunca he mostrado ningún interés por los temas económicos. De hecho, paso las páginas económicas casi entrecerrando los ojos para no verlas ni de pasada. Me horrorizan los tantos por ciento, la palabra "cotización" y las largas listas de números y valores bursátiles de la Bolsa.
Sin embargo, el pasado lunes, viendo la llegada del exámen de Especializado y mi desconocimiento de la actualidad debido al estudio, me puse la SER de camino a clase, con el fin de poder realizar una práctica decente en el citado exámen.
En Hora 14 me esperaba un resumen de las noticias del día, y en lugar de eso me encuentro con un monográfico sobre la anunciada y apocalíptica huelga de los transportistas. Y más aún me sorprendí cuando entre 4 opciones del exámen, me decanté casi sin dudarlo por la de la huelga, realizando un análisis más o menos creíble.
La huelga me ha llegado al alma. Llevo días dando la razón a los conductores de camiones, apoyando su loable huelga a pesar de que paralizaron el lunes todas las grandes ciudades del país. Me creí la justicia de sus reivindicaciones, e incluso me indigné con ellos por la subida del gasoil.
Pero hoy he visto una foto que me ha revuelto el estómago. Y que me ha hecho sentirme impotente. Y largos vídeos en televisión me han llevado a preguntarme para qué. Cuál es el sentido de reclamar algo pidiendo justicia, si situaciones violentas como estas llegan a darse. Siete policías a lo sumo protegían hoy la delegación de hacienda de de Almería. Y centenares (y no es una exageración) de agricultores increpaban a los policías sólo armados con sus siete porras, y les tiraban sus verduras, y les aporreaban con las cajas de la fruta, y las verduras les atizaban las cabezas, porque los policías, ilusos ellos, no se habían puesto los cascos porque creían que no harían falta.
Hoy me he dado cuenta de que el derecho a la huelga es necesario y vital, y es una garantía para los trabajadores, pero me duele pensar que la violencia siempre tenga que acompañar a la reivindicación. Al menos cinco hombres llenos de odio agarran y amenazan al policía derribado en la avenida almeriense. Incluso se ven refuerzos venir de fondo con la rabia del salvajismo que nos hace recordar que muchos aún no han dejado de ser animales.
No se si es una barbaridad, pero a mi modo de ver, desde el momento en el que ejerces y haces uso de la violencia, deberías perder el derecho a la huelga. No se crean derechos para que se incumplan otros. Se crean derechos para vivir en un mundo más justo. Y el policía que mira al suelo y se agarra, en un último intento de seguir cumpliendo con su deber, a la pierna del manifestante, sabe bien que él no es el culpable.
Estamos en crisis, señores, y nuestro Gobierno no la vio venir. No es momento ahora de discutir o juzgar. No pidamos una huelga general, pidamos el cese de la violencia. Pidamos un acuerdo justo, pero sin tener que quemar a camioneros mientras duermen, como le ha pasado al hombre de Alicante; o sin asesinar a los manifestantes cuando los arrollamos con nuestra furgoneta, porque no nos dejan salir de Mercagranada, como sucedió ayer. ¿Llevamos siglos defendiendo la democracia para matarnos ahora como bandidos?¿Dónde quedó aquella España que se manifestó silenciosamente tras los atentados del 11M?¿Acaso no somos los mismos? ¿En qué hemos cambiado?
La crisis no es culpa de España: es culpa del Mundo. Todas las naciones se revuelven ahora mismo como nosotros, y nos empeñamos en paralizar a todo el país. No hay peor atentado que atentar contra la democracia. Y en esta foto hay algo que me remueve a suspirar, y a pensar en qué nos hemos convertido... si atacamos como cobardes (cien contra uno) a aquellos hombres de azul, o de verde, que cada día se juegan la vida por nosotros, cuando ni siquiera nos conocen.
2 comentarios:
Miguelito, qué casualidad, el lunes me dio también por Hora14, y dada la casualidad de que las imágenes de mi video eran captadas horas antes del informativo, apagué el programa nada más el locutor espetó ''esta huelga le viene a Rajoy que ni pintado''.
¿Qué clase de información es esa? No podríamos esperar más objetividad en la COPE, ni menos mezcolanza, pero está claro que en esos instantes la cadena del Gobierno estaba utilizando la serpiente para atacar al antídoto en potencia, que es ''muy facha''.
Tu entrada, sin embargo, no es para politizar. Yo vi las imágenes de Almería y Plaza de Armas el martes por la noche, también las de Vigo, y NUNCA había visto nada parecido. Eso no eran manifestaciones. Las calles parecían estadios turcos o argentinos; personas con las que te topas a diario, todas unidas, contra las fuerzas del orden. Y aquí quería yo ir.
La policía es una fuerza a menudo identificada con el Gobierno. Cuanto menos, actúa bajo su mandato. Cuando un agricultor convencido en su convocatoria ve que tiene alrededor 100 compañeros apoyándole en la lucha con esos 2 policías que representan la fuerza del Estado, contra el cual se manifiestan, ese agricultor, como sus compañeros, se crecen. Esto no debería suponer un problema; lo que sí lo supondría es que el Estado que rigiera esas fuerzas decantara sus cuerpos especiales a escoltar a una parte de los huelguistas para llegar a los supermercados, ''que no se note que hay escasez'', mermando así la capacidad de convocatoria de los más perjudicados, que no son, ni más ni menos, que obreros. ¿Y qué hacen contra los piquetes? Nada.
El policía que está tendido en el suelo no llevaba casco por chulo, no porque pensara que no le iba a hacer falta. Cierto es que el pelaje de sus agresores no es más plausible, pero el agente debería haber supuesto que ante la falta de previsión del gobierno (7 oficiales para 500 agricultores?), mejor era ir bien blindado y a las órdenes.
La descordinación brilla por su ausencia y la crisis se sigue negando! Imagínate si aún estuviésemos en elecciones!
un abrazoo
Miguelito, veo que has puesto el mapa de visitas...
Estoy orgulloso de ser el primer punto después de Sevilla... jaja! ahi me tienes en el centro de nuestra España querida!
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