Sucedió a las 12 de la noche de un 28 de diciembre. De repente, CNN+, ese canal que llevaba 11 años acompañándonos, el que había estado cada día puesto en la televisión del master, el que nos había dado la realidad al instante, se iba para siempre.
No miento si digo que se me escapó una lagrimita cuando Benjamín López dijo adiós a la audiencia conteniendo la rabia. "Las decisiones empresariales no entienden de sueños ni de ilusiones, sino de cifras puras y duras". Detrás de él, todo el equipo, mirando por primera vez a cámara, porque su sitio es detrás de ellas. "A ustedes nos debemos", explica Benjamín. La cadena agoniza bajo la presión del reloj que aprieta en la esquina inferior derecha.
Se nos va el periodismo. Solo noticias durante las 24 horas del día a cambio de 24 horas de bazofia, de basura berlusconiana en forma de reality, de satisfacer nuestro morbo con la inmundicia de 16 marionetas que aspiran a meterse en la cama con el primer famoso que pase o salir desnudos en la portada de Interviú a cambio de un fajo de billetes. Hemos cambiado la información por la desinformación, la formación de la opinión pública por su atontamiento intelectual.
Cuando la silenciosa pantalla se llena con un cartel que informa del fin de las emisiones de CNN+, algo de los del master se queda con ellos. Han sido la banda sonora de un año entero, aunque la viéramos antes de entrar. Vemos con nostalgia como esta crisis y nuestra profesión no pueden llevarse bien. La vcemos irse, discreta, modesta, como siempre lo fue. Sin aspirar a audiencias descomunales ni a cuotas de share competitivas. Solo informar. Hoy no es día de izquierdas ni de derechas. No hay copas de champán con las que celebrar nada.
La profesión está de luto. Ayer Canal Sur en su informativo dedicó sus últimos segundos a honrar a los compañeros. Da igual que sean una cadena privada. Da igual que no se comulgue con la ideología del grupo. Da igual. Puestos de trabajo que se destruyen, noticias de las que nunca se informará, las luces de un plató que se apagan para siempre. Y qué duro cuando la palabra "siempre" es cierta y no una exageración.
Desde aquí, me despido de los que nos han ayudado a ser mejores periodistas, de los que nos han dado las pistas para conocer la actualidad informativa cada día y no dejarnos nada en el tintero, de los que han hecho de la inmediatez una obra de arte. Gracias CNN+ por todos estos años. Ojalá esta sea la última de Berlusconi y su Mediaset, y no la primera de tantas, como sospecho que será.
Mientras estaba pasando, ahi estábais vosotros para enseñárnoslo. Hasta siempre.
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