miércoles, 21 de noviembre de 2007

20 de noviembre

Sí, yo nací un 20 de noviembre de 1986... aquel día en el que España se había liberado sólo once años antes, fue el día que elegí para venir al mundo. Siempre mido cuando va a empezar a hacer frío por mi cumpleaños. Sé que en Sevilla el frío no llega hasta una semana y media antes del día 20. Pero este año el clima me tenía una sorpresa. Un día de lluvia eterna que me ha sumido en una pesadumbre que no debería sentir.

La verdad es que el día no ha sido muy bueno. Todo el día en una sala de edición sin ventanas (aunque mejor no ver lo que pasaba fuera...), en la que ya no sabía si era mi cumpleaños o un día normal. Sabía que los que estaban conmigo se conmovían de que el día más feliz del año (nunca se deja de ser niño para estas cosas), lo pasase en un cuartucho cortando video, y que tuviese que comer en el comedor en el que ya como más veces que en mi casa.

Pero lo cierto es que el jueves se supone que es mi cumple de verdad, este era un día de prueba. Veremos si todo va bien.

Pero he de ser justo. El día no ha sido del todo malo. Unas velitas improvisadas por la mañana con una sala a oscuras me hacían pedir un deseo al apagar el fuego. Un deseo de esos que se cumplen, porque así lo dice la tradición y ya está. Sin más vueltas.

Luego he encendido el tuenti al llegar a casa y muchísimos mensajes de gente que no esperaba estaban alli. Aparte, el movil no ha parado de sonar en todo el día de mensajes y llamadas de gente que me quiere y que quiere que cumpla muchos más.

Y esta noche, los regalitos, un cd que quería con toda mi alma por parte de mi hermano, y de mis compis queridos, pues una taza de mi Starbucks que es sinónimo de desahogo y serenidad en mi rutina y un cuaderno con el grande James Dean, quizá el personaje más carismático que ha dado el cine de todos los tiempos; que sé perfectamente quién los ha escogido; y por otro lado una foto enmarcada chulisima de la "barbecue" en casa de David, y una felicitación de cumpleaños con un poema de Neruda brutal.

Sin duda por todo eso, ha merecido la pena el día de agobios y estrés, que espero no se repita en mucho tiempo. A ver si mañana sale el sol y puedo desayunar frente a la ventana, con un libro en las manos y el silencio como única compañía. A los demás os veo el jueves...y el viernes...y el sábado...y el domingo!! Que todos los santos tienen octava...

1 comentario:

Ismoga dijo...

Pequeño, ya no sé que decirte, si cada dos por tres entro en tu blog a ver que tal va tu carrera carismática como escritor, para que luego vengas y me digas que no sigo de cerca tus entradas... lo que hay que oír.

Pero hoy no voy a escribir mucho, ya que creo que me estoy volviendo más empalagosa de la cuenta, sobre todo contigo, pero que le vamos a hacer si cada vez nos vemos más y eso, lejos de cansarme, me llena de alegría.

Bueno niñatillo, que te dejo por ahora, que ayer me saqué una peli de la videoteca (por fin me quitaron el mes y medio de multa... ...y no es una exageración!!! ) y además mañana nos espera una bonita catequesis al más puro estilo "impro" que no sé como vamos a sobrellevar.

Un abrazo pequeño! mañana nos toca compis de sufrimientoooooooo :)