jueves, 31 de julio de 2008

Me voy


Sí. Me voy a Londres. Aunque sólo sea durante tres diítas, espero mucho de este viaje.


Ojalá la capital de Europa sea capaz de sacarme de tanta paranoia, de tantos periódico, de tantas aspiraciones que veo desmoronarse aunque en realidad no se desmoronen... A ver si unos días en una graaaaaaaan ciudad son capaces de devolverme al Diario con las pilas recargadas y muchas ideas en la cabeza. A ver si Dickens y el maestro Shakespeare me hacen despertar de este letargo.


Ya os contaré bloggers!!!

lunes, 21 de julio de 2008

La gota que lo colmó

Entre mi euforia londinense, mi fanOTismo, y mis horas en el periódico; ya se han pasado 20 días...
Lo que empezó por un suplicio ya va camino de un mes, y casi no me había dado cuenta. Sólo quedan 10 días para llegar a Stansted, y ya estoy nervioso. Las horas se me hacen superlargas, todo el mundo veraneando y nadie en Sevilla tampoco es una ayuda. Y hoy encima me encargan que le haga mañana una entrevista a una arpista que fue compañera mía, y ya no de igual a igual, sino de periodista ( es decir, persona que se supone que sabe de todo pero que tiene inmensas lagunas que le hacen no ser docto en nada) a estrella que se va a la Joven Orquesta de Europa (EUYO). Una alegría por un lado, pero una espinita que me recuerda que si dejé la música no puedo pretender que todo siga igual, y que con el abandono, dejo de lado también el aplauso del artista y la gloria del músico.
Tengo una carpeta en el ordenador. Se llama Poemas y escritos. Dentro tiene lo que más miedo me da en este mundo: mis novelas sin terminar y mis relatos que no van a ninguna parte. Quizá mis miedos al fracaso, mis atascos, mi tremenda inseguridad, también se esconden en esa carpeta, esperando a que la abra para volver a darme la patada.
Ahora se acerca Londres. Me encantaría ser de esos que se largan y lo dejan todo persiguiendo aires bohemios. Me gustaría poder tomarme un año sabático en la carrera y dedicarme a vivir experiencias que me llenaran de vida. Me habría encantado irme a vivir fuera, perderme en un país del que desconozco la lengua, tirar por el mal camino, darme a la bebida...jejeje, demasiado exagerado a lo mejor. Pero sí me gustaría ser menos cuadriculado, y no lo soy.

P.D: por cierto isabelita, me encanta q definas los programas q no ves con edades recomendadas que te inventas; de todas formas no creo q un poco de entretenimiento le haga mal a nadie...¿O es que solo puedo leer a Dostoievski, ver Canal Historia o escuchar sinfonías de Brahms? Y después se supone que tu eres la progre y yo el carca...

sábado, 19 de julio de 2008

Defensa de un músico llamado Pablo

Sí, lo reconozco: veo Operación Triunfo. En otros países lo conocen como American Idol o Star Academy. Creo que es de los pocos "realities" que no hacen daño a nadie. Un infeliz me dijo una vez que era un programa de valores anticristianos porque el triunfo de unos se basa en el fracaso de otros. Espero que esa persona se haya dado cuenta de cómo funciona el mundo...

No lo considero ni mejor ni peor. Simplemente un programa con el que al menos me entretenía (que odie a Risto no significa que el resto del programa sea una basura...). Un programa en el que 16 concursantes aspiran a la fama musical, y en el que el público (injusto, incapacitado y a veces, borrego) es soberano.

Este año un publicista al que antes cité y que forma parte del jurado, ha emprendido su propia guerra: hacer que gane la concursante que él dice que debe ganar, una tal Virginia que por haber nacido con una voz más aguda de lo normal, va directa hacia el éxito.
Desde el primer día el Sr. Mejide, profesor de Creatividad en la Pompeu Fabra, ha mostrado su favoritismo por la pequeña "niña azul", que no tiene otro mérito que haber cantado relativamente bien en la última gala, después de 13 galas desastrosas.

A partir de esto, y teniendo en cuenta que Risto ha conseguido lo que quería, plantar a Virginia en la final, me siento en la obligación de decirle a la audiencia que no votan lo que quieren, sino que el publicista, como buen publicista por cierto, les ha hecho creer que sus actos responden a una decisión propia. Magnífica la labor, pero ingenuo el público que cree que es soberano.

Y a partir de esta reflexión, quiero como músico, y quizá dejándome llevar por esa soberbia que dice mi madre que tengo de creer que siempre llevo la razón, defender a otro como yo, un concursante llamado Pablo, malagueño y espléndido. Natural, fresco, con la soberbia del que sabe lo que cuesta llegar a algún sitio sin perder el estilo y los ideales por el camino, el de Fuengirola se ha colocado en la final sin haber caído en ninguna gala. Preocupado por no desafinar y por darlo todo en los 3 minutos que le dan cada martes, sin meterse en peleas, sin hartarse de llorar por los rincones de la Academia, y siempre pegado al piano, ese maravilloso instrumento en el que alcanza lo máximo de sí mismo.


Puede que muchos no seáis seguidores de OT, puede que muchos incluso odiéis el programa, y creedme que lo entiendo perfectamente, pero si alguna vez habéis luchado por algo y os han quitado vuestro sueño, votad a Pablo.

Sé que soy un músico, sé que soy periodista, sé que soy compositor y escritor ocasional, y en todas mis facetas soy fiel a lo que quiero hacer. Aprendo, corrijo, rectifico y rasgo pliegos de papel, porque aunque soy soberbio (porque lo soy cuando mi faceta de artista me lleva por el mal camino), necesito beber de lo que sucede, empaparme de lo que me rodea, probar lo novedoso. Ahora resulta que por fin alguien cualificado llega a un programa que, en su sexta edición, parecía estar más cerca de desaparecer, y ¿realmente debe ganar? Quizá no, pero sí tener una oportunidad. Ha demostrado que es un músico, con una trayectoria de trabajo, y bien sé que cuesta llegar a algún lado con esto del arte.
Como una vez le dije a mi querida Isa, el arte es lo más grandioso que puede hacer un ser humano, es lo único que puede hacernos sentir como Dios. Cuando creamos, somos realmente libres.

Para mí, Pablo representa en OT a una generación a la que los snobs no aceptan porque no son transgresores, pero el vulgo tampoco, porque no son como todo el mundo. Una generación perdida de artistas que busca un sitio que ni siquiera sabe si existe. Una generación a la que creo que pertenezco, más por intuición que por certeza, y a la que un día se pondrá en su lugar. Por eso defiendo a Pablo López, a un malagueño que formó su grupo y se pasó las noches en vela componiendo, y al que llamaban loco porque tarareaba por la calle y se perdía en los folios horas y horas sin sueño, ni hambre, ni dolor.

Porque si no defendemos lo que representa el esfuerzo y la brillantez, si no abrimos nuestras mentes a los que se levantan cada día soñando ser música, literatura, teatro o pintura, ¿qué nos queda de humanos? ¿qué hay de grandioso en el hombre si no es capaz de hacer llorar de emoción o de consolar un llanto?

Por eso, veo en Pablo algo de mí, algo de esa parte mía que se esconde, algo de todo eso que tengo por dar y que no me atrevo. Quiénes sepan algo de mí, saben que amo mis bolígrafos y mis papeles, que tarareo constantemente porque tengo música en la cabeza, y que si me siento al piano o al arpa, embobado, me transporto a otra dimensión, de la que a veces ni los gritos me sacan.

Por una generación de gente con valores y mucha ilusión, que se ha pegado muchos batacazos y que no se conforma con un NO, por esa generación brindo hoy, con la mirada puesta en una final en la que espero que gane quien se lo merece y no quien recibe cientos de llamadas de gente aburrida que acata sin rechistar las órdenes del primer "cantamañanas" que aparece en la caja tonta.

Perdón por el retraso...

Perdón por el retraso... La verdad es que tenía abandonado el blog porque ser becario en Diario de Sevilla me tiene muy ocupado. Llego a mi casa y de lo que tengo ganas es de acostarme.
He visto la evolución del mapa de visitas y veo que cada vez sois más, y eso me da muuuucha alegría. Puntos nuevos en muchos países, que me dan ganas de escribir de nuevo. Ahora que estoy de descanso hasta mañana quería dedicaros un ratito y pediros disculpas...y daros las gracias: 150 visitas en un mes!! No me lo esperaba, la verdad. A veces pienso que este blog no sirve para nada.
Me ha hecho mucha ilusión ver los puntitos de California. Nunca pensé que nadie pudiera leer algo mio desde tan lejos, y la verdad es que me encantaría viajar hasta allí, algún día lo haré.
En el periódico todo va bien, no me puedo quejar. A veces me agobio un poco, pero supongo que es normal. Lo dicho, muchas gracias, y a ver si escribo algo con sustento, y también, a ver SI VOSOTROS POSTEAIS UN POCO MAS, QUE ME GUSTA SABER QUE OS PARECE, SEÁIS QUIEN SEÁIS.
Un saludo y hasta muy pronto!