jueves, 17 de diciembre de 2009

BSO

Abrí la ventana de " nueva entrada" sin realmente saber qué escribir. Tenía ideas, tenía temas, motivos, personajes... pero nada concreto. Emociones a flor de piel y pensamientos serenos y razonados. Y sin saber cómo seguir me enfrentaba ya al primer párrafo de aquel texto al que aún no le daba forma. Y de repente, se me vienen a la mente las iniciales de Banda Sonora Original, como una señal del destino.

Llevo días intentando formar una lista de reproducción con lo que quiero que sean sonidos de Sevilla. Pero, como le dije a Laura, no quiero que sean sonidos de la ciudad, a la que echaré de menos un poco menos de lo que esperaba, sino sonidos de los ciudadanos, de los que conforman mi vida cotidiana. Y me pongo a pensar, y me temo que me va a salir más de un CD, porque hay muchos sonidos que recordar.

Y entre ellos, entre el 'Canon' de Pachelbel, 'Beatles' de Pereza, 'la china' de Chema, 'La misión' de Morricone... se me cuela una canción hermosa, sin redundancias ni segundas voces, porque a veces en la simpleza de las melodías es donde se escuchan los preciosos timbres que te dejan absorto. Se me cuela el 'Aleluya de la Tierra', pero no el de Brotes de Olivo, sino el de Luisito y una tremenda voz que era la primera vez que la oía cuando realicé esa grabación. La voz limpia y poderosa de Mari Ro, el sello elegante del coro.

En sus agudos escucho el eco de su paladar, el vibrato de sus cuerdas vocales como el viento que se cuela entre las rocas de un acantilado. Su voz me encandila y me arrulla cuando voy en la bici en las mañanas frías de diciembre y me hace recordar que, aunque el día sea gris y me ponga triste, una voz tan cálida no puede presagiar nada malo por muchas nubes que vistan el cielo.

'Jueves' es en su voz como la tremenda promesa que llega a cumplirse, la partitura que se hace realidad, la letra tierna y melancólica que en su voz suena a milagro y no a tragedia. A través del mechón travieso de otoño cobrizo que vela tu frente, se escapa tu inseguridad, tu miedo, tu pavor a proyectar la voz ante el auditorio, y te vuelves enorme. Desde la sacristía puedo ver como la luz no hace falta: tú sola eres toda la luz que necesitas para hacerte ver en el sendero más oscuro. Con la lámpara de la inquietud, de la curiosidad y de la ilusión empapas cada rincón de la sala en la que te encuentres, iluminas cada proyecto haciéndolo una dulce locura, una frágil utopía que está al borde de desvanecerse.

Y si te cierras en banda, tus silencios son tan poderosos como tus palabras, son grandes y lúcidos, como estrellas. De acompañada tímida a imprescindible, como mis alegrías, en este 2009 te has ido haciendo más y más fuerte en mí. Con la misma garra que Mary Jane la de Spiderman te has colado en mi vida por una puerta inesperada de San José del Valle, en una capilla leyendo 'Los Hermanos Karamazov', en una iglesia gótica burgalesa dando clases de órgano, sumergidos en una piscina en agosto entre dudas, en una bocacalle de la Alfalfa probando la gentileza y las bondades del vino fresco... Como tú bien dices, "yo soy nuevo", pero para mí eres tú la que ha irrumpido de golpe, con tu melena zanahoria brillante, tu contagiosa sonrisa y tus ladridos que te avergüenzan en cualquier cafetería de Triana.

Eres probablemente la que más empujones me ha dado este año para avanzar, la que ha hecho de cada instante una razón para recordar,la que me ha devuelto al Universo Disney, la de la voz que llevo en la cabeza, como una preciosa Banda Sonora Original, de nuestra pequeña vida en común, de nuestros tesoros escondidos y sellados en cada segunda voz de canción, en cada bocanada de aire antes de comenzar a entonar, en nuestros suaves cabezazos para indicar las entradas en cada obra. Banda Sonora Original de los momentos que llevo a tu lado, y de aquellos que nos quedan aún por vivir, sabe Dios dónde, allá donde haya una excusa para reírnos, para chutarnos en vena esa droga tremendamente adictiva a la que estamos enganchados: la Música. Porque con la Música somos más felices y mientras haya acordes en el aire, y el hermoso clamor de tu voz en el vacío se haga fuerte hasta atravesarme una vez más y herirme de nostalgia, habrá una razón para pensar que los sueños no existen, porque son nuestra realidad.

Me llevo tu ilusión a los madriles, la fuerza arrolladora de tu mirada, la paz de tu canto y la alegría de tu risa, porque aunque sea el nuevo, el último en llegar, sé que cuando te veo en la puerta de la parro un viernes cualquiera, pase lo que pase todo irá bien desde el primer 'hola'. Eres como un grito de júbilo enmarcado en la timidez de un suspiro. Eres la única que me ha hecho comprender que el "Aleluya de la Tierra" no necesita una segunda voz si es la propia voz de la emoción la que lo entona, como en esa grabación que me acompaña en mis viajes en bici. Esa grabación, parte importante y emotiva de esa BSO que me estoy montando. Tú si que eres Aleluya, Aleluya en Mi Mayor, Mi Mayor y más valioso descubrimiento de este año.

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