jueves, 11 de junio de 2009

Arrancarme la cruz si me quema en el pecho

22 años. Toda una vida. Ese es el tiempo que llevo siendo creyente. Un creyente que asiente, que dice que sí con la cabeza como a los locos y que se dedica a tejer su día a día con una rutina de ceremoniales y eventos en los que se siente bien colaborando.

Ahora soy "libre". A ver, no me refiero a que haya estado encadenado, prisionero, porque no es verdad. Pero sí es cierto que llevo años intentando enfrentar una parte de lo que soy (el periodismo) con la otra (mi fe), y siempre me han dado largas con las que no he conseguido medirlas. Me han ido surgiendo cosas y he ido encontrando nuevas ocupaciones, la última de unos 3 años de duración y 12 confirmandos de resultado. Y ahora ya no tengo esa coraza que me salvaba siempre (maldita).

Y por ello me he lanzado a la piscina. Para el próximo Espino hemos configurado un grupo de interés (un curso temático de tres días) relacionado con el debate político y la opinión y la argumentación periodística. Para ello hemos creado un taller en el que discutamos sobre las grandes polémicas de la Iglesia: homosexualidad, Iglesia-Estado, aborto, medios de la Iglesia y medios afines, financiación, etc.

Hemos hecho una campaña publicitaria en Tuenti exitosa y hemos creado un blog con las noticias que podrían darse en el futuro si la Iglesia y los Gobiernos no se sientan a hablar para abogar por el progreso ( www.somoselgrupo12.es.gd ). Al mismo tiempo, abriremos un evento por semana en el que daremos el material suficiente para, a través del tablón del propio evento, ir debatiendo 4 grandes temas que no se tratarán en el curso, pero también polémicos, para ir abriendo boca e ir tanteando a la gente.

Buscaremos la Verdad, sin imposiciones de la postura de la Iglesia ni nada. Por eso no hemos querido que nadie nos ayude. Este es el lanzamiento a la piscina absoluto. De aquí puedo salir con tantas dudas que me replantee abandonar mi fe o apartarme de la élite eclesial, o quizá salga reforzado. Mis cimientos ya se están tambaleando durante la fase de promoción... y aún queda lo más duro. Que sea lo que Dios quiera, pero ojalá no tenga que verme a mi mismo arráncandome la cruz porque me quema su injusticia en el pecho.

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