domingo, 1 de marzo de 2009

Cuesta abajo y sin frenos

Ha llegado. Ese punto del curso en el que sientes que has llegado a lo más alto, que lo difícil y lo lejano desaparece y sólo puedes esperar que los días pasen cada vez más rápidos. Es el punto de inflexión del curso, y ha llegado hoy cuando regresábamos en coche de la playa.
Con los ojos hinchados y como tomates porque se me había olvidado tomarme las pastillas de la alergia, miraba la carretera irritablemente recta que va de Matalascañas a El Rocío. De pronto, oigo en el asiento de atrás a Isa recitando fechas. Me vuelvo y me sorprendo al ver que hojea la agenda. Uno a uno, desglosa los fines de semana que quedan, y se encadenan en mi cabeza una serie de acontecimientos que me hacen sentir vértigo.
La reunión de padres, el fin de semana de la convivencia, el fin de mis prácticas en Canal Sur, Semana Santa, el posible estreno de la marcha, el viaje a Túnez de la carrera, la última Feria como universitario, el encuentro internacional de Taizé y las confirmaciones... y a partir de ahí los exámenes y la Graduación... y FIN. Y se acaba lo que llevo 5 años llamando rutina para embarcarme en algo a lo que todavía no le he dado forma, pero que sé que tiene destino anglosajón.
Ya todo es cuesta abajo. He pasado la hoja de febrero del calendario y no me he dado ni cuenta de que ha acabado el mes más corto del año. Todo se acaba señores, y me temo que más rápido de lo que pensaba.
En ese mismo momento en el coche, he preguntado aún sabiendo la respuesta: "Creéis que volveremos a repetir esto?", refiriéndome al fin de semana. "No", ha contestado Isa tajante y sabiendo que mi pregunta es sólo la confirmación de un grupo de seis que tiene fecha de caducidad. Se van los minutos por el desagüe y soy incapaz de frenar este torrente que me arrastra. El 15 de mayo se acaba una etapa, es una ruptura queramos o no. Las cadenas que nos han mantenido atados a un proyecto durante 3 años llenos de risas y sinsabores, nos dejan libres y volamos irremediablemente hacia paraderos insospechados. Lanzados a un futuro que no conocemos pero que nos hará más difícil el seguir unidos.
¿Pesimista? Puede. Pero ahora cabeza alta, que aún hay mucho que hacer y grandes momentos por viir.

2 comentarios:

Bayadère dijo...

¿Y no puede ser que ese "pesimismo" no sea sino una mezcla de nervios, de expectativas, de incertidumbres...? Que es lo normal en estos casos, los grandes cambios a todos nos descolocan, pero no tiene por qué ser nada malo. Al fin y al cabo, cuando empiezas una carrera es porque esperas que llegue el día de recibir tu título y abrir una nueva etapa. Piensa que lo malo sería que ese momento no llegase nunca, ¿no?
Así que espero que "disfrutes" de la recta final, y que no te sea complicado encontrarle el lado positivo a todo lo que te toca ahora vivir, un gran momento.
Besos

Anónimo dijo...

Todavía queda mucho por vivir eso es!!Grandes momentos!!Ojalá estuviera en tu situación hermano...mi vida si que va sin frenos...

Tyler Durden