miércoles, 3 de diciembre de 2008

MeMe para todos los públicos

No, MeMe no es una amiga mía. Es una especie de cadena bloguera que me ha llegado a mi, digamos que por azar, de la mano de un bilbaína bailarina llamada Bayadère (http://dancingasnobodyswatching.blogspot.com/) a la que al principio me volví loco intentando poner cara, hasta que me di cuenta de que no la conocía... Lo que ella no sabía (cosas del destino) es que hace sólo unos meses yo mismo estudiaba La Bayadère con mi profesor Stephen Fitzpatrick, que la iba a interpretar en la Ópera de Berlín. Coincidencias, coincidencias...
Pero antes de empezar, unas normas básicas:

1. Linquea al que te ha tagueado y pon estas normas en tu blog.
2. Comparte 7 hechos sobre ti en tu blog, algunos al azar, otros curiosos.
3. Taguea a 7 personas al final de tu entrada dejando sus nombres y los enlaces a sus blogs.
4. Hazles saber que han sido tagueados dejando un comentario en sus blogs.
5. Si no tienes 7 amigos, o si alguno ya fue tagueado por otro, entonces busca a algún extraño insospechado.

Una vez definidas las normas, me enfrento a esta experiencia insospechada.

Primero. Supongo que después de llevar 12 años estudiando música, será que por un momento me entró la paranoia, pero a principios de este curso la abandoné. Y todo partió de un hecho curioso. Mi primera clase en el Superior: Teoría de las Formas. Nos reparten unos documentos par leerlos durante el curso, y entre ellos encuentro uno que me llama la atención y leo un párrafo al azar. Habla sobre la teoría de que el músico, conforme más estudia y aprende los entresijos formales y armónicos de las obras, más se insensibiliza ante la hermosura. El músico pierde la capacidad de emocionarse. Me quedo perplejo, y lo vuelvo a leer: me parece terrible. Tanto me marcó aquella frase que huí despavorido del academicismo, buscando nuevas rutas pero con la misma pasión por la música. Supongo que prefiero amarla a conocerla.

Segundo. Soy un despiste continuo. Por mucho que intente estar alerta a lo que pasa a mi alrededor, nunca me entero de nada. A menos que esté muy despierto, hay como una burbuja que me hace olvidar que hay vida más allá y que las cosas ocultas existen. Soy como Pérez Galdós, un realista, pero un realista a la fuerza, porque me creo que todo es tal y como aparenta. Una mala virtud para un periodista, que estoy intentando corregir.

Tercero. Estoy obsesionado con la literatura de calidad, y cuando fui a Londres hice que mi amiga Isa me llevara hasta la casa de Charles Dickens. Sin embargo, nunca había leído nada de él. En cuanto llegué a España (con los vellos de punta) pensé en que si no leía algo suyo, estaba traicionando su memoria. Antesdeayer me compré Historia de dos ciudades. A ver si consigo sentirme mejor conmigo mismo.

Cuarto. Este año termino la carrera, y en lugar de alegría sólo tengo nostalgia. Creo que mis amigos de la clase están empezando a odiarme, porque con eso de que nos separaremos, no los dejo ni un minuto en paz. Quiero estar 24 horas con ellos, de pesadilla infernal. Y si leen esto se darán cuenta de que no son malas mis intenciones, sino que es la única manera que tengo de demostrarles lo que valoro estos 5 años que hemos compartido. Lo siento!!

Quinto. Copiando a mi compañera bloguera, también quiero hablar de un pecado capital: la soberbia. Dicen que es malo, dicen que la virtud es la humildad: no lo dudo. Pero viniendo del mundo del que vengo, del mundo del aplauso de los conciertos, y habiendo saboreado el placer de que aparezca tu nombre en toda un página doble de un periódico, no puedodecir menos que mi soberbia está justificada. Si hago las cosas bien, estoy orgulloso de ellas, y por consiguiente, me gusta qe me lo reconozcan. No quiero gloria ni premios, sólo un gracias. Y parece que como cristiano, eso es malo... pues lo siento, pero para mí, esos detalls son los que me dan fuerzas para no perder la ilusión cada día.

Sexto. Mi frustración maldita es salir de Sevilla. He probado con las Erasmus, las Séneca, las becas de idiomas y el cambio de Universidad por traslado de expediente...y nada. Cada año que he empezado la carrera he dicho que quería irme fuera, y nunca lo he conseguido. Se me pasaban los plazos, cancelaban mis solicitudes o aparecían cosas que me encadenaban a Sevilla. Amo mi ciudad, pero empiezo a pensar que ella tiene una obsesion enfermiza por mi!!

Séptimo. Mi peor defecto, y lo que me mata poco a poco, son los cambios en mis estados de ánimo. Lo mismo estoy feliz, que triste, que enfadado, que te odio a muerte, que te como a besos, que estoy gracioso, que borde... Mi mente es un espacio que nunca comprenderé cómo funciona. Lo malo es que le hago daño a la gente por culpa de esos cambios de estado, y acabo dejando a muchas personas maravillosas por el camino. Algo horrible que parece que voy superando.


En fin, aquí termina este MeMe. Y devuelvo la pelota para que sigamos con esta cadena. lgunos sé qu no lo haréis, pero espero que otros sí. Invito a Gloria, a Emilín, a Isa, a Gema, a Laura. Y a todo aquel que se anime...sé que no son siete, pero ya buscaré dos más para la lista!

3 comentarios:

Falete dijo...

Miguelito... cómo puedes decir que ese es tu defecto? eres de las personas más estables que he conocido!! Estás siempre dispuesto a escuchar y cuenten lo que te cuenten la sonrisa siempre está ahí, a mi en cambio a veces me cuesta, sobre todo cuando estoy cansado! (y soy mucho mas solitario que tu, asi que imaginat)...
saludos!!

Bayadère dijo...

Aquí la bilbaína contactando con el sevillano... jeje
Me ha gustado mucho tu MeMe, y oye, había leído en tu perfil que eras músico, pero si ha salido tu nombre en el periódico... ¡es que encima eres bueno! Yo entiendo lo que dices de la soberbia. Yo no lo soy para nada, y tampoco creo que tú lo seas. Se trata únicamente de las consecuencias de un trabajo bien hecho, y creo que se dirige más hacia la satisfacción personal que al hecho de lo que los demás te puedan adular.
Y es una pena que lo hayas dejado despueés de tanto tiempo. Yo no sé qué haría con mi vida si tuviese que dejar las clases. Espero que por lo menos sigas disfrutando la música, aunque un poco más de lejos. A propósito, ¡me encanta La Bayadera! De principio a fin, creo que es una grandísima obra.
Besitos

Sara dijo...

Sean ciertos o no... la percepcion que cada uno tiene sobre si mismo es única, y tu la has plasmado aqui un ratito :).
Las mayores discusiones que he tenido hasta ahora, nacen de ese punto en el que hablas de dejar la musica... Siempre que he ido a un concierto con amigos de conservatorio, que estudian clasico, y que sus bocas muchas veces prometen y desean ser como las de sus "maestros" he sentido un gran vacio. Cuando salgo, estoy en una nube, quiero abrazar, reir, quedarme sin mas, correr, cantar... pasan por mi cientos de sentimientos; éste es uno de los motivos por los que amo la música. En cambio, mis acompañantes hablan de téctica, armonía...
m?
Y este siempre es el desencadenante de esta gran dscusion. ¿El saber te corta las alas para sentir?
Pero es verdad, miguel, que no todo el mundo es así. No te veo a ti siendo boca de tu maestro, ni deseando ser alguien que no eres. Te veo más siendo tu propia boca que inventa, y deseando crecer en lo que eres. Es por eso, que dudo que algun dia dejes de sentir, y mucho menos la música.

Pero para ello tienes que hacer caso a tus sentimientos, es cierto... y quiza, era la hora de seguir tu camino en el plano que tu elijas, siempre con notas musicales. :)