lunes, 9 de noviembre de 2009

Reflexión en voz alta

Si me ofreces una responsabilidad y la acepto, déjame ejercer mi labor;
si me dejas la posibilidad de organizar, déjame hacer las cosas a mi manera;
si me ves decepcionado, no me ignores, abrázame;
si me escuchas suspirar más de la cuenta, sonríeme;
si me dejo la piel en algo, no rompas mis sueños de golpe, a ninguno de los 2 nos hace bien;
si tienes algo importante que contarme, dímelo sin rodeos;
si crees que debes pedirme disculpas, hazlo y deja tu orgullo en la puerta;
si crees que te he hecho daño, no me odies, pídeme explicaciones;
si me haces un comentario hiriente y me quedo callado, da por hecho que no has elegido el mejor momento;
si crees que me pasa algo, no dudes en preguntármelo una y otra vez hasta que te lo cuente;
si crees que no me conoces, esfuérzate y no me prejuzgues;
si me cabreas, prepárate, si saco el genio algo habrás hecho;

si crees que esto no va por ti, abre los ojos y vuelve a leerlo.

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